25 AÑOS DE BLADE RUNNER

Hace días que escribí esta entrada y he estado dándole vueltas. Recuerdo la primera vez que escuché hablar sobre Blade Runner, fue en clase de lengua. El profesor, del que no recuerdo el nombre pero al que todos llamaban "caraleche" porque tenía la piel muy blanca, nos habló de la última película que había visto. Recuerdo que me quedé embobadita, como si me estuvieran explicando un cuento, por el entusiasmo que él ponía. Intentaba llevar su tesis hacia el campo filosófico, puesto que la historia no era otra cosa que la misma búsqueda que todos hacemos a lo largo de nuestra vida. Las eternas preguntas que nos hacemos, son las mismas respuestas que buscan los Nexus-6: ¿De donde venimos? ¿Cuánto tiempo nos queda? ¿Quién nos creó?

La idea de un ser superior que nos hizo tal y como somos, y con una fecha de caducidad da mucho juego a la literatura y a la filosofía, pero nadie como Blade Runner me había llegado a interesar tanto por ese tema. Una, que a veces se considera ácrata, atea, anarquista, también tiene esos momentos de incertidumbre en los que pensar. Nada como ver esta película para dudar, dudar de todo y de todos.

Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais... atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser.

Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.

Es hora de morir.