La muerte


¡Dios mío!
Qúe solos se quedan los muertos
Gustavo Adolfo Becker

6 comentarios:

  1. Rotundo Charo!

    Me has recordado un poema del mexicano Jaime Sabines, que te dejo como regalo -junto con un beso-:

    "¡Qué costumbre tan salvaje esta de enterrar a los muertos!, ¡de matarlos, de aniquilarlos, de borrarlos de la tierra! Es tratarlos alevosamente, es negarles la posibilidad de revivir.

    Yo siempre estoy esperando a que los muertos se levanten, que rompan el ataúd y digan alegremente: ¿por qué lloras?

    Por eso me sobrecoge el entierro. Aseguran las tapas de la cajan, la introducen, le ponen lajas encima, y luego tierra, tras, tras, tras, paletada tras paletada, terrones, polvo, piedras, apisonando, amacizando, ahí te quedas, de aquí ya no sales.

    Me dan risa, luego, las coronas, las flores, el llanto, los besos derramados. Es una burla: ¿para qué lo enterraron?, ¿por qué no lo dejaron fuera hasta secarse, hasta que nos hablaran sus huesos de su muerte? ¿O por qué no quemarlo, o darlo a los animales, o tirarlos a un río?

    Había de tener una casa de reposo para los muertos, ventilada, limpia, con música y con agua corriente. Lo menos dos o tres, cada día, se levantarían a vivir. "

    ResponderEliminar
  2. Y es que la soledad es tan fiel a nosotros desde que nacemos, que jamás, ni en la muerte, nos abandona...

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. No estoy de acuerdo con fgiucich...nunca serán olvidados...me encanta estas líneas de Becker...
    He pasado por la muerte de mi madre el pasado julio...y nunca, estará olvidada...nunca.
    besitos de miles de colores

    ResponderEliminar
  4. Has escogido el mismo poema que elegí yo para acabar mi novela Peso cero.

    "El luto en las ropas,
    amigos y deudos
    cruzaron en fila,
    formando el cortejo"

    Un saludo

    ResponderEliminar
  5. Trini, gracias por tu visita. Cada vez que voy a un entierro pienso lo mismo, me viene a la cabeza el poema de Bequer.

    Bree, siento mucho la muerte de tu madre, piensa que todo lo que hayas hecho en vida por ella es el mejor regalo que puedes tener.

    Gracias Antonia por pasarte por aquí, aunque se que estás de vacaciones.

    Román tienes alma de poeta, por saber elegir el poema o la canción adecuada a cada momento. A mi me pasa con las canciones, siempre se me ocurre una para un momento determinado.

    fgiucich -siempre me cuesta escribir tu nick- los cementerios son lugares muy solitarios, y a veces hay tumbas que nadie visita desde hace años. Allá quedan los huesos, pero su memoria, vive mientras vivamos los que los conocimos.

    ResponderEliminar
  6. Es verdad, allí quedan los huesos pero el recuerdo está anclado en nuestro corazón. De nosotros depende que esa soledad sea más leve...

    Rosa Mari

    ResponderEliminar

Hola, te contestaré en cuanto pueda.

Recuerda que no está permitido insultar ni menospreciar a nadie en los comentarios por lo que serán revisados antes de publicarse.

LA CIUDAD DONDE TODO LLEGÓ

Vistas de página en total