He recibido felicitaciones por este escrito sobre mi familia, os agradezco a todos que lo hayáis leído y os sintáis como yo. Pero no os penséis que es oro todo lo que reluce. Somos siete hermanos, y nos queremos muchísimo, gracias a una madre que siempre se ha preocupado por que entre sus hijos no hubiese peleas y malos rollos. En realidad somos una familia un tanto rara, no nos llamamos cada día por teléfono, ni nos enviamos felicitaciones de navidad ni nos hacemos grandes y costosos regalos para demostrar que nos queremos. La cosa es más simple, nuestro cariño ni se compra ni se vende, como dice la copla. Cada uno de nosotros tiene un fuerte carácter, que es capaz de caer en pedacitos al suelo en cuanto alguno de nosotros tiene un problema, si es que nos enteramos de que tiene un problema, porque también tenemos la monomanía de no explicar nuestras cosas, de guardárnosla como un tesoro o un cáncer, que viene a ser lo mismo.
Todo esto viene a cuento porque conozco y se de familias que no se llevan demasiado bien, que son pocos y malavenidos. Yo no lo entiendo. Y digo esto, porque la mayoría de las veces ese recelo entre hermanos viene precedido por un “Fulanito me ha dicho que tu has dicho…” O sea, el deporte nacional. La crítica más paupérrima a aquello que conocemos. También hay padres que hablan mal de sus hijos a sus otros hijos (ya se sabe que para ser padre no debe superarse ningún examen de pedagogía) (craso error) , y el malentendido va creciendo y creciendo hasta provocar que los hermanos no se hablen, que los primos no se conozcan y que se crucen por la calle y cambien de acera para no tropezarse con ellos.
Y para colofón, decir que peco de sinceridad, de decir las cosas como las pienso, de que si alguien me viene diciendo “ fulanito ha dicho de ti tal cosa…” yo voy ante fulanito y le digo que si tiene algo que decirme pues que me lo diga a mi directamente, sin intermediarios. Por arte de magia, lo que aquella persona había dicho no era tal cosa. ¡Abracadabra! Si es que nuestro pecado más grande, aparte del cainismo que predicaba Antonio Machado, es el de tener la lengua demasiado larga y decir cosas de las cuales no tenemos la certeza absoluta. Todo esto se cura con sinceridad, y si alguien no quiere serlo es que prefiere estar enfadado. No tenemos porque llevarnos bien con todo el mundo, digo yo.
Aunque los años te enseñan a pasar olímpicamente de lo que los demás digan de ti y de lo que los otros quieran decirte sobre lo que los demás dicen de ti. No sé si me explico.
Hola Charo,que tema tan interesante has tocado,relaciones familiares. En la familia ocurre lo mejor y a veces lo peor. Para mi el ideal de familia sería aquella en la que te potencian todo lo bueno y te hacen conocedor de lo malo que hay en cada uno de nosotros y que a pesar de lo malo,te sientes querido y amado.
ResponderEliminarA mis hijos siempre les dije lo bueno y lo malo que hay en ellos.
Cuando sales a la vida independiente si ya sabes como eres,sabrás cuando te adulan y cuando te desprecian injustamente.
En la familia tambien se aprende a ser generoso,a negociar,a controlar emociones etc.etc.
En alguna filosofia oriental que ahora no recuerdo cual es, se dice que los padres los escogemos nosotros al nacer.
A título personal te digo que durante muchos años me sentí mal pensando que mis padres no me comprendian, todo fué distinto cuando yo hice el esfuerzo de entenderles a ellos. Eso requiere un gran esfuerzo porqué significa ir hacia atras con el pensamiento hasta el momento de el nacimiento.
Hoy me he enrollado mucho, te envio un abrazo querida amiga.
Obdulia
fgiucich gracias por el comentario.Un beso
ResponderEliminarObdulia, como siempre eres una luz en el mar, y sé que tu familia está muy orgullosa de ti, tienes unos hijos (y ya nietos)extraordinarios.
Yo también tuve aquel desconcierto de que mis padres no me querían demasiado, pero fue el hecho de irme de casa a los 19 años, para descubrir que sus defectos no eran tales y sus virtudes muchas. Aunque no les visito tanto como quisiera, siempre tengo un pensamiento para ellos. Y para mis hermanos, los seis. Les quiero mucho.
Un beso