Creo que no os he hablado de mi amiga Maria del Valle; Valle, como siempre la he llamado. Nos conocimos cuando íbamos a la escuela, con 11 años y desde entonces nuestras vidas han corrido paralelas, aunque a veces con leves separaciones que nos hemos encargado de suplir con nuestra amistad. De ella aprendí muchas cosas, sobre todo a luchar contra viento y marea. Ella me ha enseñado lo importante que es mantenerse a flote cuando parece que todo a tu alrededor naufraga, nunca ha sentido envidia, ni rencor, ni me ha echado en cara nada, al contrario siempre ha sido la mano que me ha ayudado a salir adelante y a levantarme.
Cuando tengo aquellos días en que las fuerzas me fallan, pienso en ella, y solo con eso ya me encuentro mejor. No hace falta hablar demasiado, ni siquiera una llamada de teléfono, ella es como un ángel que está siempre presente cuando la necesito. Nunca ha estado ocupada cuando yo la he requerido ni me ha puesto excusas tontas para quitárseme de encima, ni ha creído antes a los que le han hablado de mi que a mí misma, ni ha chismorreado a mi espalda. Siempre ha preferido preguntarme directamente las cosas que hacer caso a las habladurías y nunca ha dejado que un malentendido nos pueda hacer daño.
Cuando se está enferma, y se tiene una enfermedad que a ojos de mucha gente no existe, agradeces que alguien te tienda la mano, que te pregunte cómo te encuentras hoy y que seguro que mañana estás mucho mejor. Los que hemos tenido que enfrentarnos a la incomprensión de toda una sociedad, agradecemos unas palabras, un gesto, algo que nos haga sentir que aún estamos vivas. Y eso mi amiga Valle lo sabe hacer, por eso más que una amiga es una hermana, y sé que siempre vamos a estar la una al lado de la otra.
VERUS AMICUS NUNQUAM AMICI OBLISVISCITUR
Cuando tengo aquellos días en que las fuerzas me fallan, pienso en ella, y solo con eso ya me encuentro mejor. No hace falta hablar demasiado, ni siquiera una llamada de teléfono, ella es como un ángel que está siempre presente cuando la necesito. Nunca ha estado ocupada cuando yo la he requerido ni me ha puesto excusas tontas para quitárseme de encima, ni ha creído antes a los que le han hablado de mi que a mí misma, ni ha chismorreado a mi espalda. Siempre ha preferido preguntarme directamente las cosas que hacer caso a las habladurías y nunca ha dejado que un malentendido nos pueda hacer daño.
Cuando se está enferma, y se tiene una enfermedad que a ojos de mucha gente no existe, agradeces que alguien te tienda la mano, que te pregunte cómo te encuentras hoy y que seguro que mañana estás mucho mejor. Los que hemos tenido que enfrentarnos a la incomprensión de toda una sociedad, agradecemos unas palabras, un gesto, algo que nos haga sentir que aún estamos vivas. Y eso mi amiga Valle lo sabe hacer, por eso más que una amiga es una hermana, y sé que siempre vamos a estar la una al lado de la otra.
VERUS AMICUS NUNQUAM AMICI OBLISVISCITUR
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, te contestaré en cuanto pueda.
Recuerda que no está permitido insultar ni menospreciar a nadie en los comentarios por lo que serán revisados antes de publicarse.