BACK TO SCHOOL
El lunes 22 volví a la facultad, con mi cartera nueva y mi bolis, lapiz, y tipex a punto. Había recibido un e-mail diciéndome que las clases comenzaban el lunes 22, y allí estaba yo, ante el aula 105 esperando para hacer clase de Prehistoria (ya lo sé, es un rollo, pero es lo que hay). Pero pasaban las diez y allí no aparecía ni cristo ni el hombre de Cromagnon. Yo esperaba, solita, ante el aula. De repente escuché unas voces familiares que iban tan perdidas como yo; dos de mis amigas de universidad aparecieron por el pasillo buscando un aula, tan vacía como la mía. ¡cómo nos reímos las tres! Creo que éramos las únicas con ganas de empezar. Ellas siguen en Humanidades, yo me pasé a Historia, pero creo que este año seguiremos dando guerra.
Pues nada, que después de preguntarnos por las vacaciones y todo lo demás nos fuimos a conserjería a ver que pasaba. Lo que pasaba era que había un acto inaugural en el auditorio, y nosotras tan tranquilas. Fuimos para allá y el recinto estaba a tope, una chica nos dice que por la parte de arriba hay sitio, pero mis compañeras no tienen demasiado ganas de quedarse. Yo echo un vistazo y veo que estaba hablando Oriol Jonqueres, un historiador catalán que se prodiga en televisión, radio e internet. Estaba hablando sobre el 11 de setiembre. Así que decidí quedarme, aunque ya estuviese comenzado. Quedé con mis amigas en el bar y entré en el auditorio a sentarme en las escaleras.
La conferencia seguro que era de lo más interesante, aunque yo solo pillé el final. y explicaba que en Catalunya se comerciaba mucho con los barcos que llegaban a sus puertos desde el resto de Europa, y sobre todo se les vendía licores, ya que el agua corriente en alta mar enseguida se estropeaba y los marinos tenían que beber líquidos que no fuesen agua. Por eso en los puertos catalanes siempre había aquel que les vendía el aguardiente (que todos sabemos porqué se llama así). En Catalunya, como buenos comerciantes que siempre han sido, se dieron cuenta de que aquello era un negocio y cuando no tenían suficiente uva para destilar, allí echaban de todo, las hojas, las ramas y todo lo que pillaban. Ese aguardiente ya no tenía ese color transparente y su tono era amarillento. Pero ellos lo envasaban igualmente. Fue así como a llegar los navíos se le ofrecía el transparente o el otro que era "groc", es decir, amarillo en catalán. Pero como no se entendían muy bien, los marinos bautizaron aquella bebida como GROG, y entonces me vino a la memoria mis tardes jugando con mi hijo al Monkey Island, donde los piratas solo bebían grog, la verdad es que me hizo sonreír, porque hay tantas cosas que no sabemos de donde proceden y su origen es de lo más tonto.
También deciros que del grog, proviene la palabra "estar grogui", que ya sabéis lo que es.
Nada, que estaba de lo más interesante pero la gente se empezó a cansar y empezaron los murmullos por lo que el profesor acabó su exposición antes del asalto de Felipe V a la ciudad de Barcelona. Os aseguro que a mi ni me hubiese importado estarme allí un par de horas más.
Nada, que hasta el lunes 29 no empiezo las clases. Ya os iré explicando.
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