LA CLASE DE LENGUA fue terrible, no me enteraba de nada. y mira que el pobre profesor se esforzaba, nos dijo que si teníamos cualquier duda que se la preguntásemos o incluso fuésemos en hora de tutoría a exponer nuestras dudas. Pero es que cuando él hablaba me asaltaban miles y miles de dudas. Parecía ser que la idea de estar allí era la de dudar. Y para dudar estoy yo ahora mismo! Para mí que aquel hombre estaba en otra dimensión, en una dimensión a la que yo nunca podré llegar porque me falta tiempo. Y si he aprendido algo en la universidad es que el tiempo no se puede malgastar (mira por donde en la vida corriente malgastar el tiempo se le llama ocio). Noté que aquel no era mi lugar en cuanto empezó a hablar de predicados preposicionales relativos, reflexivos, yuxtapuestos o no se qué leches, mi cabeza no podía asimilar todo aquello y mira que lo intenté. Fui a buscar los libros de bachillerato de mi hijo y a mirar todo eso que me faltaba, pero ¡quiá! necesitaba otra vida para saber que es lo que estaba leyendo, así que decidí que debía dejar aquella clase y dedicarme a las otras, a la historia y al latín/ cultura clásica, es curioso por que de latín no hacemos nada. Pero bueno, esa es otra historia que os contaré otro día.
PD: Joder lo que me costó entender qué era una Tutoria integrada!!!!!
PD: Joder lo que me costó entender qué era una Tutoria integrada!!!!!
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