
Cuando la vida te presente razones para llorar,
demuéstrale que tienes mil y una razones para reír.
(Anónimo)
demuéstrale que tienes mil y una razones para reír.
(Anónimo)
Hoy es uno de esos días que me han acompañado a lo largo de mi vida. Esta mañana era imposible levantarme, pero lo he hecho y he llevado a mi hija al colegio. Después he caído en el abismo, no podía casi ni moverme, entonces miles de hormigas se apoderan de mi estómago; siento que pasa el tiempo y que no hago nada y eso me exaspera. Me duelen los brazos, la cabeza está abotargada, va de un lado a otro sin sentido y las cuencas de los ojos parecen dos agujeros infernales. Me molesta la luz, estoy casi a oscuras con el brillo de la pantalla al mínimo, parece como si la claridad me hiciese estallar los ojos. Me silban los oídos, escucho sonidos que ni siquiera existen, ¿qué voy a hacer por todos los dioses? Esta tarde me he acostado un momento en la cama y me he quedado dormida, me he despertado justo cuando mi reloj interno me ha dicho que tenía que ir a buscar a mi hija al colegio. Y me he levantado de nuevo, mientras todo me daba vueltas.
No quiero dejar pasar el día, no quiero que pueda más que yo, no quiero ser un trasto inservible, no quiero que mi vida se vaya sin haberla disfrutado, no quiero. Pero estoy cansada, estoy muy cansada.
No quiero dejar pasar el día, no quiero que pueda más que yo, no quiero ser un trasto inservible, no quiero que mi vida se vaya sin haberla disfrutado, no quiero. Pero estoy cansada, estoy muy cansada.
No estás sola en los dolores... pero eso tu ya lo sabes.
ResponderEliminarA pesar del cansancio...la luz llega cada mañana, aspírala sabiendo que la energía volverá. es una certeza.
Un saludo.