A FUERZA DE MIRADAS

Muchas veces me siento
como si este no fuese mi lugar,
como si esta no fuese mi vida,
ni mi corazón fuese mi corazón,
y el alma… ¿acaso existe el alma?

No hay diferencia entre
lo visible y lo invisible,
como un pozo que se llena
y se vacía interminablemente.
El pozo no puede sentir
que el agua está a punto de desbordarse,
como tampoco sabe cuando
se está quedando vacío.

Así estoy yo, sin sentir,
sin querer sentir,
soy una extraña para mí misma.
Una sonrisa amiga me hace estar bien,
pero acto seguido,
esa misma sonrisa
se convierte en indiferencia
y es entonces cuando
me noto caer en el abismo.

No, no quiero ser el centro
de atención de todo el mundo,
ni siquiera quiero llamar la atención,
aunque algo dentro de mí
me hace hablar cuando debiera pensar,
huir cuando debiera enfrentarme,
pasar de largo cuando las oportunidades
llaman a mi puerta.

Aquellos ojos que me miraron,
sé que me estaban llamando,
sin embargo me meto en mi caparazón
y huyo,
cuando algo dentro de mi
está gritando que le busque.

Pero es difícil,
muy difícil para mí hablar cuando no sé de qué.
Y siempre espero un primer paso,
que muchas veces no llega.
Y así me quedo siempre esperando

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