
En marzo de 1967 yo tenía un año y medio, y vivía a años luz del país donde hoy vivo. Mi infancia estaba llena de guitarras, de quejíos, de alegrías y penas al calor del brasero. Yo no me daba cuenta de nada de lo que pasaba, y a mi manera era feliz. Años más tarde, la casualidad o la causalidad, -ves a saber- , me llevaron a un escenario diferente. Un barrio obrero, un sentimiento extraño y unas hermanas mayores, a las que robaron la infancia a golpes de fábrica, me abrieron los ojos sin yo saberlo. No sé, en verdad cómo fue. Pero a aprendí otras cosas, otra cultura, otro idioma, otra identidad de la que nunca había escuchado hablar. De la que no se hablaba más que en círculos reducidos, perseguida, despreciada y humillada por los que solo saben imponerse por la fuerza.
Empecé a escuchar las canciones de Lluís justo entrada la adolescencia. Ignoro como llegaron a mi casa, pero aquellas palabras que en un principio no comprendía se convirtieron en una ventana que se abría, poquito a poco, pasito a pasito dentro de mí. El día que descubrí que aquellas letras decían algo, crecí de una manera sobrehumana. Me hice persona, porque como Lluís dice, “por encima de los colores, de las ideas, está el ser humano” . Puedo decir con orgullo que aprendí su lengua mediante sus canciones.
Nacionalista y de izquierdas – ¡cuántos nos sentimos así, también decepcionados! -, así se define. Pero ser humano ante todo. Y no hay más que escucharle hablar, poner atención a sus canciones e intentar entenderlas; no es difícil, porque el sentimiento no tiene lengua ni fronteras. Nos habla de amor, de injusticias, de muerte y de vida, de rabia, de miedo, pero también nos habla del mar. De este Mar Nuestro que nos ha unido desde hace siglos, que vio nacer la razón y el saber, y que nos hizo como somos. Ese amor al mar, que al fin y al cabo, nos llevará algún día, nos une más de lo que pensamos. Me gustaría saber expresarme de otra manera, dar las gracias, o cantar una canción, pero no puedo ser tan pretenciosa. Llegamos donde llegamos y al fin y al cabo SOM PERQUE VOLEM SER.
Querida Charo,te expresas divinamente y hago mias tus palabras, porque es lo mismo que yo siento.
ResponderEliminarLe vamos a echar mucho de menos.
Un beso.
Fdo.:Lidia Cervantes
Hola Charo,
ResponderEliminarEn Llach se'n va, però les seves cançons sempre quedaran. Però, bé, el meu comentari va per un altre cantó. Intentaré anar al gra i ser breu.
Charo, fes el favor d'escriure alguna cosa (una novel·la curta o llarga, unes memòries novel·lades, el que vulguis...) relacionada amb les teves vivències. Quan parles dels anys 70, del fenòmen de l'emigració, dels barris obrers, de la forma de vida d'aquells anys... realment m'emociones sempre. Ho coneixes a la perfecció i realment transmets molts sentiments. Crec que podries escriure una història maravellosa ambientada en aquella època i farcida pels teus records. Crec que el bon escriptor és el que aboca part de si mateix en tot el que escriu...
PENSA-T'HO, si us plau. M'agradaria molt llegir aquest llibre.
Charo, qué hermosura todo: la página, los textos, la mágica y poética música con la voz de Joan M. Serrat dando la bienvenida...
ResponderEliminarMe dejas si habla cada vez que te visito.
Yo no he escuchado tanto a Lluís, ya sabes, soy de Bilbao, pero sí a Serrat. Y Serrat ha hecho algo maravilloso hace poco por los enfermos de fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica. No hace falta que te diga más. Tú me entiendes y yo te entiendo. Pero eso es una historia aparte, dejémosla fuera de este post...
Tanto un cantante como el otro son grandes, y yo también amo el Mediterráneo, más cálido y placentero que mi mar Cantábrico. Ese Mare Nostrum al que llegamos Som Perque volem ser.
Qué emotivio escrito. No te preocupes, LLach sigue ahí, en nuestros recuerdos, en los discos, y sigue vivo. No es una despedida triste.
Feliz Primavera y felicidades por esta página maravillosa donde nos cautivas todos los sentidos.
...........
¿Te apetece leer mi último escrito?
Cuando quieras, sabes dónde me tienes. Besitos.
Te dije que tenemos algo en común:leí algo tuyo un día en otro de tus blogs que me hizo llorar porque sentías igual que yo... porque yo me sentía tú y tú te sentías como yo. Ya entenderás, ya hablaremos, ya te voy dando pistas. ¿Lo pillas? No, no me contestes aquí. No enturbiemos la maravillosa paz de esta página tan bella.
Besos, bonita. Me gusta mucho tu nueva casita. Está florida y huele muy bien. Huele a paz, amor y esperanza. Me gusta.
Tu amiga,
Puri Ávila.
ya me gustaría poder expresarme así, aunque le diré, que trato de acercarme a esa emoción que usted siente...
ResponderEliminar1 beso enorme charo y enhorabuena por sus palabras
Veo que somos muchos los que estamos compungidos por la marcha de Lluís LLach, aunque el regalo que nos ha hecho a lo largo de estos años haya sido de incalculable valor.
ResponderEliminarA mí me trae recuerdos muy gratos, cuando mis primas los domingos por la mañana nos despertaban con la dulce voz de Llach, mostrándonos la realidad del país en el que habitábamos y sobre todo transmitiendo esa fuerza tan genuina para luchar contra lo que no era justo.
Esas niñas a las que robaron su infancia a golpes de fábrica, más que hermanas muchas veces fueron como madres, queriendo que para sus hermanos pequeños la realidad fuera diferente y más justa. Recuerdo a uno de mis hermanos mayores corriendo siempre delante de los grises, con la peligrosidad que eso comportaba en la época, pero siempre con la idea de defender los derechos de los trabajadores. Así que un homenaje también a nuestros hermanos mayores que a parte de acercarnos a músicos tan extraordinarios quisieron para nosotros un mundo mejor.
Para ellos estos versos que cantaba Llach:
Tingues sempre al cor la idea d'Itaca.
Has d'arribar-hi, és el teu destí,
però no forcis gens la travessia.
És preferible que duri molts anys,
que siguis vell quan fondegis l'illa,
ric de tot el que hauràs guanyat fent el camí,
sense esperar que et doni més riqueses.
Itaca t'ha donat el bell viatge,
sense ella no hauries sortit.
I si la trobes pobra, no és que Itaca
t'hagi enganyat. Savi, com bé t'has fet,
sabràs el que volen dir les Itaques.
Bueno, a mí me pasa un poco como a Purificación, que al ser de Bilbao, Llach sonaba, claro, pero no tanto como hubiésemos deseado.
ResponderEliminarSiempre estará en mi memoria L`Estaca, que nos hizo aprender un poquito de catalán a todos, que nos acompañó tantas veces en aquellas manifas con grises incluidos.
Y, bueno, del mediterráneo qué decir. Me lo descubrio Serrat, como tantas otras cosas, y años más tarde lo descubrí yo.
Cada verano, al llegar a él, escucho esa canción... no sé, es como una forma de ubicarme.
Besos.