La pipirrana


Para mí el verano se centra en un recuerdo. Mi madre majando el ajo y el pimiento, con su toc, toc, toc, en la cocina, donde pasaba parte de su vida junto al lavadero. Aquella exquisita mezcla de tomate, pimiento, atún, huevo duro, ajo, y mucho aceite de oliva, me devuelve los aromas y los sabores de la infancia. La pipirrana de mi Jaén, era el manjar más exquisito que existía sobre la faz de la tierra. Eso, y un buen trozo de pan para sopar, o sea mojar en el aceitillo y esa salsa hecha con la yema del huevo, el ajo majado y el aceite. 

Podría ser que nuestra vida no fuese la mejor del mundo, podría ser que las penas fuesen muchas, podría ser que nuestro destino fuese abandonar la escuela (el que iba) para ir a trabajar, podría ser que los ruidos de la noche se llenaran con las peleas de los matrimonios y de lso palos que los maridos regalaban a sus mujeres como caricias, podría ser que el calor, la falta de trabajo y casi de comida nos hiciese infelices, nos curtiera e hiciera que muchos de nosotros creasemos nuestro propio mundo de fantasía, de hadas, duendes y princesas. No teníamos nada, tan solo aquellas noches de verano tan calurosas, mi padre llegandio del trabajo y sentándose en las baldosas de la puerta de casa para tomarse una cerveza con mi compadre, o con el Pepe, o el Ito, mi madre sacando lo que podía para acompañar como tapa, mis hermanos regresando a casa y todos reunidos, o no, mojando pan en la pipirrana. 




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