En el jardín de la noche

Sigo durmiendo mal, no puedo evitarlo. Los sueños son pesadillas en las qué a veces no puedo despertar, en las qué la noche es tan oscura que parece que nunca se vaya a hacer de día, en qué las sombras son sombras de miedo, en qué la luz no está en mi mesita de noche, en qué estoy sola, muy sola.

Sin embargo estoy aprendiendo. El día no se me hace tan corto como antes, miro las cosas como si fuesen nuevas y me sorprende hasta la hoja que a¡empieza a caer de los árboles. Qué bella melodía.

No, no son mis 44 años, Ermins. Me siento muy feliz de haberlos cumplido. Son los cuatro, los cinco, los seis, los siete... los que dejé atrás sin saber por qué no podía dormir por las noches.




4 comentarios:

  1. Siempre hay que mira ls cosas importantes que nos ofrece la vida, siempre hay un motivo suficientemente importante para ser feliz. A veces no es malo soñar de día para que asi no nos asutela noche.UN beso muy fuerte

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  2. Teresa, gracias por tus palabras, tienes toda la razón. Tenemos suerte de tener el día para vivir todo lo que podamos. Las noches... noches son.

    Un beso

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  3. Mireya, ya ves que la noche da para mucho. Me alegra tenerte por aquí.

    Un beso

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  4. Alma, bienvenida. Las palabras que salen del corazón son las más sinceras y tú lo sabes, como poeta que eres.

    un beso

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