
El miércoles me caí en casa. No es la primera vez que me pasa, recuerdo una vez que me puse en pie y mis piernas se doblaron solas sin que yo sintiera nada más que el golpe al caer en el suelo. He estado tres días con unos dolores terribles en los brazos, espalda y piernas. Todo es fruto de mi nerviosismo, de mi ansiedad, cuando veo que no puedo hacer todo lo que quiero por que me faltan horas. A veces tengo ganas de que todo se acabe y dejar de sufrir, dejar de sentir este gusano que me come por dentro.
Son días terribles, en los que tengo que combinar el levantarme con el estar en cama, son fuertes dolores que pocas cosas pueden calmar. A veces creo que los demás no se lo creen, aunque ahora, ya poco me importa. He aprendido a vivir sin escuchar ni quejarme, sólo este diario sabe cuando estoy bien y cuando estoy mal. Si alguien me pregunta le digo que estoy muy bien, aunque sea mentira. Paso de dar explicaciones, paso de caras de incredulidad, paso de aquellos que piensan que tampoco estoy tan mal, o los que piensan que he tenido suerte en la vida.
Puede que sí que la haya tenido,pero sólo a golpe de esfuerzo, podía haberme conformado con quedarme donde estaba hace 20 años, con no hacer nada por avanzar, con dejarme poseer por el miedo al cambio. Sin embargo, sé que la vida consiste en ir siempre hacia adelante, en no quedarte quieto en un lugar por muy bien que parezcas estar, que los viejos fantasmas y demonios acaban pasándote factura y que hay que buscar el lugar adecuado para cada uno de nosotros. Y puede que no sea ese que creemos que es. La vida nos va dando advertencias, nos va guiando, si no le hacemos caso, también se queja.
En fin, que si no nos damos cuentas de sus advertencias, nos convertimos en meros fantasmas que pasan de corrido, pálidos y escuálidos ante ella.
Espero que esta semana sea mucho mejor.
Son días terribles, en los que tengo que combinar el levantarme con el estar en cama, son fuertes dolores que pocas cosas pueden calmar. A veces creo que los demás no se lo creen, aunque ahora, ya poco me importa. He aprendido a vivir sin escuchar ni quejarme, sólo este diario sabe cuando estoy bien y cuando estoy mal. Si alguien me pregunta le digo que estoy muy bien, aunque sea mentira. Paso de dar explicaciones, paso de caras de incredulidad, paso de aquellos que piensan que tampoco estoy tan mal, o los que piensan que he tenido suerte en la vida.
Puede que sí que la haya tenido,pero sólo a golpe de esfuerzo, podía haberme conformado con quedarme donde estaba hace 20 años, con no hacer nada por avanzar, con dejarme poseer por el miedo al cambio. Sin embargo, sé que la vida consiste en ir siempre hacia adelante, en no quedarte quieto en un lugar por muy bien que parezcas estar, que los viejos fantasmas y demonios acaban pasándote factura y que hay que buscar el lugar adecuado para cada uno de nosotros. Y puede que no sea ese que creemos que es. La vida nos va dando advertencias, nos va guiando, si no le hacemos caso, también se queja.
En fin, que si no nos damos cuentas de sus advertencias, nos convertimos en meros fantasmas que pasan de corrido, pálidos y escuálidos ante ella.
Espero que esta semana sea mucho mejor.
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