LA CLASE DE LATÍN Y CULTURA CLASICA

Bueno pues para empezar, de clase de latín nada de nada. Ya nos lo dijo la profesora el primer día de clase, no había tiempo de dar latín así que debíamos conformarnos con la cultura clásica. Pues nada, a lo que íbamos. La profesora de Cultura Clásica es una fuera de serie, de verdad. Me gusta mucho sus clases, sabe de lo que habla y lo transmite, y no es peloteo, por que estricta lo es un rato largo. Es de aquellas profesoras que ponen el deber y el respeto al maestro por encima de todo. Aunque nos deja que la llamemos de tu, no permite que le faltemos el respeto que se merece como educadora nuestra. No sé si me explico.

Hasta ahora nos ha hecho leer: La Mostelaria de Plauto, El Eunuco de Terencio, Las Catilinarias de Cicerón, La Eneida de Virgilio, El arte de Amar de Ovidio y algunas poesías de Cátulo. Ahí es na, además de haber dado toda la historia de Roma desde su fundación hasta la muerte de Augusto, y tengo que reconocer que he aprendido un montón, a pesar de no haber podido acudir a algunas clases por mi precario estado de salud. He realizado un trabajo sobre oratoria y retórica y he confeccionado un discurso político que deberé exponer ante toda la clase en junio. Creo que es la clase mejor aprovechada de todo este año, porque la persona que la da disfruta con lo que hace, y sabe exigir y ponernos en nuestro sitio.

Y los exámenes, ¡buf! intensos, intensos.

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